Shirley, tu eres una persona magnífica y grande, y pienso que extremadamente sensible, y es por eso que te derrumbas tan fácil, pero sabes que me tienes a mí y yo siempre estaré contigo para ayudarte, sobre todo en esta transición que ha llegado a su punto culminante en tu vida. Se que te voy a ver esplendorosa como en realidad eres. Es sólo cuestión de tiempo, pero sabes que va a ser así. Sólo deseo que nadie ni nada evite que logres volver a tu estado natural. Ni hijos, ni familiares podrán evitarlo.
Cuando estés tan rozagante y arrolladora, te haré el amor de todas las formas posibles y a cada minuto, para que sientas que si vale la pena vivir y te darás cuenta de que jamás vas a encontrar a un hombre que te produzca tanto placer. Tanto, que querrás desfallecer. Haré que te duela el alma de puro placer y tendrás toda mi humanidad a tu servicio.
Serás mi esclava.